Antigua Guatemala, 17 May 2018
- Un total de 25 actores del sector gubernamental, privado y sociedad civil participaron en el diagnóstico.
- Esta actividad cuenta con el apoyo técnico y financiero de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y la Organización Internacional de Derecho para el Desarrollo (IDLO).
Con el objetivo de realizar el diagnóstico de la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios se llevó a cabo un taller multisectorial en el que participaron 25 representantes del sector público, privado y sociedad civil. Esta actividad cuenta con el apoyo de la FAO y la IDLO.
El sector agrícola en Guatemala tiene una relevancia socioeconómica sustantiva. Es la actividad a la que se dedica más del 50% de la población rural. La producción agropecuaria y la agroindustria representan el 23% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Al aumentar nuestra comprensión de los desafíos específicos de Guatemala, se tendrá una base adecuada para aumentar la inversión responsable en la agricultura, que se necesita con urgencia”, indicó Maynor Estrada, representante asistente de la FAO en Guatemala durante la inauguración de la actividad.
“Un entorno jurídico favorable y adecuado es esencial para aumentar las inversiones responsables en los sistemas agrícolas y alimentarios. La colaboración entre IDLO y la FAO sobre temáticas de agricultura y sistemas alimentarios subraya la importancia transversal y el rol clave del estado de derecho en temas de desarrollo sustentable,” dijo Elena Incisa Di Camerana, gerente regional de IDLO para América Latina y el Caribe.
Entre los hallazgos del diagnóstico se destaca la vinculación entre la inversión y el desarrollo del sector agrícola.
En promedio, del 2007 al 2012 se destinó el 25% del presupuesto público en desarrollo social, es decir unos USD 2.017 millones anuales. Solamente un 9% del gasto público orientado al desarrollo rural se destinó al fortalecimiento de este sector, relacionado con la atención directa al productor y soporte a este sector en general, el cual representa solamente el 2,8% del gasto público total, en promedio, lo que lo convierte en uno de los más bajos de América Latina.
Mujeres, jóvenes y pueblos indígenas: poblaciones más desfavorecidas
Sectores tales como mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, son imprescindibles cuando se habla de inversión responsable en agricultura y sistemas alimentarios. En su orden datos demuestran el por qué deben tomarse en cuenta: a pesar de que el 51% de la población guatemalteca son mujeres, únicamente el 6.9% son propietarias de tierra cultivable; el 41% de la población de Guatemala pertenece a pueblos indígenas y en su mayoría viven en condiciones de pobreza; y, el 68% de la población guatemalteca es joven (menores de 30 años).
El aumento de la inversión en la agricultura es crucial para la erradicación del hambre y la pobreza. A nivel mundial, la FAO estima que se necesitan inversiones anuales adicionales de 265,000 millones de dólares estadounidenses para alcanzar los dos primeros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Con respecto a Guatemala, las inversiones anuales adicionales que se requerirían para erradicar el hambre y la pobreza es estimada en 444 millones de dólares EE.UU., de los cuales aproximadamente una tercera parte destinada a la agricultura y el desarrollo rural.
Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios
El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) aprobó 10 Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios el 15 de octubre de 2014.
Estos son:
- Contribuir a la seguridad alimentaria y la nutrición
- Contribuir al desarrollo económico sostenible e inclusivo y a la erradicación de la pobreza
- Fomentar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
- Potenciar la participación y el empoderamiento de los jóvenes
- Respetar la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques y el acceso al agua
- Conservar y ordenar de forma sostenible los recursos naturales, aumentar la resiliencia y reducir el riesgo de catástrofes
- Respetar el patrimonio cultural y los conocimientos tradicionales y respaldar la diversidad y la innovación
- Promover sistemas agrícolas y alimentarios inocuos y saludables
- Incorporar estructuras de gobernanza, procesos y mecanismos de reclamación inclusivos y transparentes
- Evaluar y abordar las repercusiones y promover la rendición de cuentas